sábado, 21 de noviembre de 2009

Análisis de la Frase 9.

Frase 9: La normativa sobre los horarios escolares es coherente con los proyectos educativos del centro.
No, porque no se incluye en estos horarios el tiempo que dedica y necesita el profesorado, el que necesita el alumno (el tiempo no es igual para todos los alumnos, ya que unos necesitan más tiempo que otros).
¿Cómo se entiende el tiempo?
El tiempo ha sido considerado en las organizaciones educativas como una variable o un recurso material, por ello teóricos, expertos, planificadores pensaban que el tiempo se podía controlar como si de un material fijo se tratará. Así se distribuye en áreas, tareas, etc. Esta idea la toman los teóricos educativos de la influencia de la época que se caracteriza por la industrialización y el desarrollo empresarial y la adopción de sus prácticas de trabajo.
Otra idea sobre la concepción del tiempo, es como una variable que se vive.
El tiempo educativo es aquel que hace referencia al empleo que de el hacen el profesorado, los estudiantes y cuya implicación más inmediata pueden ser los resultados en los logros y en el éxito o el fracaso escolar.
Las organizaciones educativas se rigen por una serie de normas que son las que organizan su funcionamiento. En nuestro caso en la Comunidad Autónoma Andaluza, en estos momentos es la ORDEN DE 9 de Septiembre de 1997, la que está en vigor, va dirigida a regular determinados aspectos sobre la organización y el funcionamiento de las Escuelas Públicas de Educación Infantil y de los Colegios Públicos de Educación Primaria.
Los horarios son elaborados por el Jefe de Estudios quién confecciona una propuesta de acuerdo con los criterios pedagógicos que establezca el Claustro de Profesores. Los horarios son el instrumento a través de cual se distribuye la jornada escolar y se realizan actividades lectivas y complementarias que se vayan a programar con el propósito fundamental de llevar a la práctica lo recogido en el Proyecto Curricular y al Plan Anual de Centro.
El horario del alumnado señala que la jornada escolar es de 25 horas semanales para el Desarrollo del Currículo y 2 y media semanales para el recreo
El horario no es coherente con el proyecto educativo porque el tiempo debería ser considerado como elementos imprescindibles para conseguir los objetivos que se hayan formulado y no como un marco que limite o constriña la acción singular y propia de los protagonistas de ese escenario y esto es por desgracia lo que sucede.
Por ello las organizaciones deben trabajar con el tiempo, más que a tiempo (cumpliendo con el proyecto que se lleve a cabo). El tiempo del reloj no señala el inicio temporal del aprendizaje real. Dicho aprendizaje tiene lugar cuando los profesores y los estudiantes están preparados.
Además, los sistemas sociales tienden a ser cada vez más abiertos e interactivos. Como resultado de la integración del tiempo, el lugar y el individuo en contextos de relación, complejidad, interconexiones y subjetividad proporcionan nuevas posibilidades temporales en educación, por ello no se corresponde el horario con los proyectos educativos, además el tiempo ofrece la posibilidad para que el currículo adquiera significado para el alumnado y se presente en un ambiente de imprevisibilidad y cambio dinámico, ámbito natural del aprendizaje.
Si los políticos y administradores aciertan a producir mejor y/o mayor educación en menos tiempo, el resultado sería un ahorro considerable de costos y flujos financiero.
Por ello, el tiempo escolar está supeditado a las leyes de mercado, que regulan los costes, la financiación, la productividad y la rentabilidad de la educación.

Doménech y Viñas (1997)da unos principios básicos con respecto al horario escolar,el tiempo:
-Principio de globalización; el tratamiento del tiempo debe partir del concepto de globalización para que se puedan satisfacer las necesidades de los alumnos conjuntamente con el uso óptimo del tiempo del profesorado.

-Principio de priorización; teniendo en cuenta que el tiempo es escaso para las inmensas posibilidades de aprendizaje que tiene el alumnado y por la todavía mayor cantidad de conocimientos posibles, la priorización es un proceso imprescindible para usar el tiempo en nuestro servicio.

-Principio de distribución de tareas; es necesaria una coherente distribución de las tareas a partir del análisis del tiempo.

-Principio de racionalidad y coherencia; las concreciones temporales que se dan a los centros deben estar unidas a los criterios que se deduzcan de los objetivos educativos que fijemos y el análisis de los métodos precisados para llevarlos a cabo.

-Principio de previsión y control temporal; dado que el tiempo no es un recurso ilimitado, hay que prever su utilización y establecer el control sistemático que sirva de retroalimentación para poder utilizarlo a nuestro favor y no como un inconveniente.

-la duración de la jornada debería ser variable en función de la edad.
-La localización de las materias y actividades debe de estar de acuerdo con el grado de fatigabilidad. Su determinación permite elegir las materias del programa en cantidad y contenido y establecer el momento más adecuado para cada una de ellas. Sin embargo, debe considerarse que la fatigabilidad varía de unas personas a otras, depende de su capacidad para resistir el cansancio, guarda proporción inversa con la edad, se altera por el método didáctico empleado y es afectada por la propia personalidad del docente.

Resumiendo, no es coherente porque no se tienen en cuenta todas estas variables antes mencionada y porque es verdad que la educación supone grandes costes para el país y no quieren invertir en ella, prefieren tener un horario fijo, sin atender a las necesidades de los alumnos, que recordemos no todos son iguales ni necesitan el mismo tiempo, y tener una educación precaria y mala como es la de nuestro país. Y es que es la educación la única que puede hacer de este país un país mejor, a través de los niños/as que son el futuro de nuestra nación. Además el tiempo está condicionado no por la naturaleza de la actividad educativa, sino por el entorno sociológico.

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